En una reciente sesión del Pleno en Madrid, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha generado polémica al reafirmar su postura sobre un acuerdo que discutía el denominado síndrome post-aborto, argumentando que dicha resolución no es de obligatorio cumplimiento. Según Almeida, los servicios jurídicos del Ayuntamiento han descartado la ejecución del acuerdo alcanzado el 30 de septiembre, lo que llevó al alcalde a cuestionar la validez de las reclamaciones de los grupos de izquierda como Más Madrid y el PSOE.
Durante el debate, Almeida afirmó que la decisión de proporcionar información a las mujeres sobre el aborto debería ser "libre y voluntaria", alineándose con los criterios establecidos por las autoridades sanitarias y bajo el prisma de la promoción de la sanidad pública. Según un informe presentado por el alcalde, el Ayuntamiento no tiene el carácter asistencial que le otorgaría la autoridad necesaria para obligar a la difusión de información relacionada con el aborto, lo que ha generado un intenso intercambio con los representantes de la oposición.
El Partido Popular, con su mayoría, se opuso a dos propuestas de la oposición que buscaban detener la difusión de información sobre el síndrome post-aborto en los distintos centros de salud de Madrid. Almeida no escatimó en palabras al calificar de "indigentes intelectuales" a sus oponentes, criticando la falta de sustento legal en sus demandas y recordando un fallo anterior que reafirmó que los acuerdos plenos no son normativos.
A pesar del juicio crítico hacia la izquierda, Almeida admitió que la votación del PP no logró el objetivo de garantizar que las mujeres pudieran acceder a la información necesaria para tomar decisiones sobre su embarazo. Reconoció que este error es doloroso y contradice el supuesto compromiso común que debería existir en el Pleno: el derecho de las mujeres a decidir libremente, lejos de la influencia de partidos como Vox o de una izquierda que, a su juicio, restringe la voluntad femenina.
Desde Vox, Carla Toscano criticó duramente a Almeida, acusándolo de no cumplir con los acuerdos y alertando sobre lo que considera un fracaso del PP por no adoptar una postura más firme. Toscano también arremetió contra la izquierda, acusándola de querer fomentar un mayor número de abortos y de desatender el trauma que podría acarrear esta decisión para las mujeres.
Por su parte, la portavoz socialista Reyes Maroto instó a Almeida a disculparse por lo que considera un ataque a los derechos adquiridos, mencionando el derecho al aborto como un elemento fundamental de libertad y autonomía. Maroto arremetió contra el regidor por, a su juicio, utilizar el Ayuntamiento como plataforma para una ideología que no refleja el bienestar de las madrileñas.
El debate se tornó aún más candente cuando Carolina Elías de Más Madrid expresó que la votación a favor de Vox por parte del PP representa no un error, sino un claro paso hacia la destrucción del feminismo. El grupo de la oposición aboga por proteger el derecho al aborto constitucionalmente y asegura que continuarán la lucha si se les intenta restringir.
Durante la sesión, la necesidad de un apoyo explícito a los derechos reproductivos se hizo evidente, con activistas promoviendo la causa del derecho al aborto y utilizando símbolos como la pañoleta verde, que ha sido un emblema del movimiento feminista en Argentina. La tensión entre los grupos políticos, así como el activismo presente, refleja un Madrid profundamente dividido sobre uno de los temas más polémicos de la agenda política actual.
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