En Madrid, el clima político se intensifica tras las declaraciones del alcalde José Luis Martínez-Almeida sobre la polémica tasa de basuras impuesta por el Gobierno central. En un encuentro reciente en Chamberí, el alcalde afirmó haber anticipado el aumento de litigios en torno a esta medida, que consideró un "sanchazo" que ha dejado a la ciudad sin la orientación necesaria para establecer dicha tasa.

Durante la Junta de Gobierno, Almeida argumentó que la administración local se vio obligada a implementar esta tasa por "imperativo legal". “Estoy ansioso por ver las resoluciones judiciales, ya que cada ayuntamiento ha tenido que tomar decisiones basadas en su propio entendimiento, ante la completa falta de directrices del Gobierno de España sobre cómo plantear este impuesto”, manifestó con frustración.

El alcalde criticó duramente la gestión del Gobierno central, subrayando que "nos ha dejado tirados" y que, a pesar de la obligación impuesta, no han recibido guías sobre configuraciones esenciales como las exenciones o la forma de calcular la tasa. "Desde el primer momento anticipé que surgirían reclamaciones y demandas", aseguró, defendiendo la actuación de su equipo como conforme a la ley.

Almeida no perdió la oportunidad de cargar contra los partidos de izquierda, señalando que las campañas de impugnación judicial lideradas por Más Madrid y el PSOE reflejan su falta de coherencia y responsabilidad. "Están eludiendo su papel al trasladar la culpa a nuestros ciudadanos, cuando ellos son los que han creado esta obligación para los ayuntamientos”, criticó dirigiéndose a los portavoces opositores.

Por último, subrayó que la ciudadanía tiene el derecho a recurrir a los tribunales respecto a la tasa de basuras, indicando que el proceso judicial es una parte fundamental del Estado de Derecho. "Cualquiera que quiera impugnar puede hacerlo. Serán los jueces los que decidirán", concluyó el alcalde, dejando claro que la batalla legal apenas comienza.