La Audiencia Provincial de Madrid ha decidido cerrar el caso contra el actor Juanjo Ballesta, quien había sido investigado por un presunto delito de agresión sexual que se habría producido en julio de 2023. Esta resolución se produce tras la falta de acusaciones formales tanto por parte del Ministerio Fiscal como por cualquier querellante que deseara proseguir con el caso.

En un documento al que tuvo acceso Europa Press, los magistrados explican que no se han presentado pruebas suficientes que sugieran que los hechos en cuestión constituyan un crimen. Se reafirma la importancia del principio acusatorio en el proceso penal y se concluye que no existen indicios que puedan sostener un juicio en esta materia.

La decisión de archivar el caso se da tras la resolución de una jueza de Instrucción de Parla en marzo pasado, quien subrayó que no había pruebas racionales de criminalidad en contra de Ballesta ni del otro implicado. En este contexto, es importante recordar que el actor siempre mantuvo su inocencia y alegó no conocer a la denunciante.

La defensa de Ballesta, liderada por la abogada Beatriz Uriarte, solicitó el cierre del caso basado en las contradicciones encontradas en las declaraciones de la denunciante. Según su relato, la mujer afirmó que Ballesta y otro hombre la habrían agredido sexualmente en diferentes ocasiones en Parla, con el supuesto ataque del actor ocurriendo el 20 de julio.

Tras la denuncia, la mujer fue ingresada durante doce días en un hospital psiquiátrico, y fueron los médicos de este establecimiento quienes decidieron formalizar la denuncia tras conocer su situación. Sin embargo, las psiquiatras que la atendieron durante su ingreso descartaron que su testimonio estuviera influenciado por su condición de esquizofrenia.

La misma jueza que archivó el caso mencionó en su resolución que la víctima había enfrentado problemas de salud mental durante años, diagnosticada con esquizofrenia paranoide. Se hizo referencia a un incidente ocurrido el 12 de julio, cuando la mujer había perdido su medicación, lo que pudo afectar su estado mental justo antes de los hechos denunciados.

La magistrada consideró que, dada su falta de medicación y el presunto consumo de sustancias, era plausible que sus capacidades cognitivas estuvieran alteradas en ese momento. Indicó la posibilidad de que sus relatos pudieron consistir en fabulación y que, aunque no se podía afirmar que se tratara de un engaño consciente, había motivos para cuestionar la veracidad de sus declaraciones.

La jueza enfatizó que había evidencias claras de inconsistencias en el relato de la denunciante. En particular, observó que ella misma había afirmado haber sido agredida por varios hombres durante un encuentro en la casa de uno de los investigados, lo que alimenta aún más las dudas acerca de la credibilidad de su testimonio.