En Madrid, el Summa 112 ha registrado un aumento significativo en la activación de alertas por Código Ictus, alcanzando en lo que va de año un total de 1.895 incidentes. Esta cifra representa un incremento del 7%, es decir, 125 notificaciones más que en el mismo periodo del año anterior. Estos datos fueron presentados por la Comunidad de Madrid coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial del Ictus, una de las enfermedades cerebrovasculares más comunes y que requieren atención rápida.
El Código Ictus es un protocolo que involucra a diferentes instituciones, incluyendo el Servicio de Urgencia Médica (Summa 112), los centros de Atención Primaria, y 13 hospitales públicos. Este sistema de coordinación se encuentra enmarcado dentro de un conjunto de emergencias críticas, que abarca también otros procesos asistenciales como el infarto, sepsis, crisis epilépticas y trasplantes.
Desde Summa 112, se ha enfatizado la crucial necesidad de detectar temprano los síntomas de un ictus. Se aconseja que ante la aparición de signos como dificultad para hablar, una sonrisa asimétrica o debilidad en un brazo o pierna, se llame de inmediato al 112. La rápida actuación puede ser determinante en el pronóstico del paciente.
Es fundamental no esperar a que los síntomas desaparezcan o intentar llegar al hospital por cuenta propia. Al realizar la llamada, un equipo entrenado comienza a evaluar la situación de forma remota y, posteriormente, realiza una valoración en el lugar de los hechos.
Si se confirma la sospecha de ictus, el centro coordinador procede a activar el Código Ictus, asegurando que toda la información relevante se transmita al hospital que recibirá al paciente, de modo que todo esté preparado para proporcionar la mejor atención posible.
Las estadísticas indican que el ictus se erige como la principal causa de muerte entre las mujeres en España, con 12.655 fallecimientos en 2023, frente a los 10.131 en hombres, tal y como reseñan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Existen dos tipos de ictus: el isquémico, resultado de la obstrucción de un vaso sanguíneo en el cerebro, y el hemorrágico, que ocurre debido a la ruptura de un vaso sanguíneo.
Ambas variantes demandan atención médica urgente para minimizar la letalidad y mitigar las posibles secuelas a largo plazo. El tratamiento final se determina en función del tipo de ictus, tras la realización de un escáner o TAC a la llegada del paciente.
En un esfuerzo por mejorar la atención y diagnóstico, el Summa 112 ha avanzado en una investigación titulada "Detección temprana del ictus mediante aprendizaje automático en el entorno prehospitalario", la cual se enfoca en el uso de modelos tecnológicos para identificar los ictus y detectar formas críticas de infarto cerebral de manera más eficaz.
Aparte de la atención inicial, el Plan de salud pública de Madrid también se centra en la rehabilitación de los pacientes que han sufrido un ictus, ya sea en unidades dedicadas de hospitales o en centros especializados en neurorrehabilitación. Los profesionales de atención primaria juegan un papel esencial, llevando a cabo un seguimiento cuidadoso del estado de los pacientes tras su alta.
La prevención sigue siendo una de las estrategias más efectivas para combatir el ictus y otras enfermedades neurológicas o cardiovasculares. Este enfoque integral está basado en mejorar los hábitos saludables, que incluyen una alimentación balanceada, ejercicio regular, la eliminación de sustancias perjudiciales como el tabaco, el control de la presión arterial y el manejo del estrés.
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