En el corazón de Madrid, el pasado 7 de noviembre, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, se dirigió a Vox en la Asamblea con una crítica firme, descalificando sus propuestas como meras "ocurrencias". Este enfrentamiento tuvo lugar en un contexto marcado por la reciente DANA que ha causado estragos en regiones vecinas como Valencia y Castilla-La Mancha, donde, según Ayuso, el sistema de autonomías ha respondido adecuadamente al enviar recursos y personal para hacer frente a la crisis.
La réplica de Ayuso llegó durante la sesión de control al Gobierno, donde la portavoz de Vox, Isabel Pérez Moñino, había argumentado que el sistema autonómico había fracasado y que no estaba a la altura de la catástrofe que se vivía. Su crítica se centró también en el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien tachó de "autócrata" por, a su juicio, haber criminalizado a quienes estaban trabajando en la recuperación antes de asistir a la zona de desastre con una actitud prácticamente despreocupada.
Desde la perspectiva de Vox, la situación en Madrid también era motivo de preocupación. Moñino había solicitado previamente a Ayuso que habilitara plazas de acogida en el hospital Zendal y en residencias para atender a los afectados por la DANA. Instó a la presidenta a retirar sus Presupuestos y reorientar esos fondos hacia la gestión de la crisis, así como a reducir el gasto público en general.
En respuesta a estas exigencias, Ayuso no escatimó en descalificar el enfoque de Vox, reafirmando que la ayuda financiera de Madrid a otras regiones proviene de los impuestos de los madrileños. "¿O es que usted piensa que todo lo que hemos enviado no lo pagan los madrileños con sus impuestos? Lo pagan de su bolsillo, señoría", enfatizó, subrayando la labor que, a su juicio, el contribuyente madrileño realiza para ayudar a otras comunidades autónomas.
La presidenta de la Comunidad también se pronunció sobre la recaudación fiscal, señalando un desbalance en el que, según su perspectiva, "dos tercios de lo que recauda el contribuyente madrileño con su trabajo se lo queda directamente el Estado." Ayuso insistió en que de cada 50.000 euros recaudados, 31.000 euros son destinados a un Gobierno central que, a su juicio, carece de eficacia, haciendo alusión a los gastos altos en la administración pública.
Ayuso continuó denunciando lo que consideró irracionalidad en las propuestas de Vox, argumentando que en la crisis no existe relación lógica entre los Presupuestos de Madrid y la situación de Valencia, además de señalar que el apoyo de Santiago Abascal a las cuentas de Sánchez también es un contrasentido.
Descalificando insistentemente la gesticulación de la oposición, afirmó que su propuesta de ofrecer el hospital Zendal era otra "ocurrencia" sin ningún tipo de fundamento o relación con la gestión de la crisis actual en Valencia.
Defendiendo su gestión administrativa, Ayuso aseguró que su gobierno es el "más austero", con una estructura reducida en términos de viceconsejerías y con un historial de liberalización fiscal que, según ella, ha beneficiado a la economía madrileña en conjunto.
Por último, en un tono más ligero, Ayuso se permitió ironizar sobre las afirmaciones en las que Vox la convertía en cómplice de Sánchez por no haberlo llamado a la comisión de investigación sobre la Universidad Complutense, sugiriendo que quizás Moñino necesitaría una brújula para orientarse correctamente en sus críticas políticas.
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