Ayuso critica el plan separatista y advierte sobre el riesgo de una amnistía.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho una enérgica defensa de que "dejarse agredir no es trabajar por la convivencia" y ha destacado que "un estado pacífico no es un estado sumiso".
En una intervención en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado, Ayuso ha catalogado la Ley de Amnistía como "un golpe contra la unidad nacional, la democracia y el Estado de derecho programado y por etapas" y ha alertado sobre cómo esta iniciativa "rompe a todos, incluido al PSOE".
La presidenta madrileña ha denunciado duramente al Gobierno por su supuesto frentismo, mentiras y traición al mandato de las urnas, las instituciones y la Constitución. También ha criticado la propuesta de amnistía, señalando que permite a delincuentes condenados influir en la dirección del país desde el extranjero.
Ayuso ha hecho hincapié en la inusual situación en la que se encuentra España, con un Gobierno que depende de quienes buscan liquidar la nación. Ha cuestionado la legitimidad de la propuesta de amnistía y ha señalado cómo los independentistas catalanes siguen dividiendo y humillando a los ciudadanos españoles.
La dirigente madrileña ha rechazado la idea de que la ley se apruebe en nombre de la convivencia o por el bien de Cataluña. Considera que los nacionalistas buscan un gobierno débil para lograr sus propósitos separatistas.
Por otro lado, Ayuso ha insistido en que Cataluña pertenece a todos los españoles, al igual que Madrid, y ha advertido que ninguna región es de disposición exclusiva. Ha criticado al presidente de la Generalitat por su retórica sobre "represión" y ha señalado las consecuencias económicas negativas que tendría la independencia para los ciudadanos catalanes.
En un tono crítico, Ayuso ha recordado la aplicación del artículo 155 en Cataluña y ha condenado la actitud de Pedro Sánchez, a quien acusa de alimentar el separatismo para mantenerse en el poder. Ha alertado sobre las consecuencias financieras devastadoras que tendría la independencia para las pensiones y la economía de Cataluña.