En un pronunciamiento unánime, el jurado popular del juicio por el crimen de Juana Canal ha encontrado a Jesús Pradales culpable de homicidio doloso, descartando así la teoría de que la víctima falleció de manera accidental en la madrugada del 23 de febrero de 2003 en un piso de la calle Boldano, según han señalado fuentes jurídicas.
En concordancia con la postura de la fiscal y el abogado de SOS Desaparecidos, Juan Manuel Medina, los miembros del jurado respaldaron la idea de que la fallecida no murió de manera fortuita, sino como resultado de la actuación violenta del acusado para evitar ser agredido por ella.
La petición de la fiscal y el abogado de la acusación particular es una condena de quince años de prisión por homicidio doloso con la agravante de parentesco, mientras que la defensa solicitaba la absolución al argumentar que se trató de una muerte accidental.
El acusado sostiene que su entonces pareja falleció de forma accidental en el apartamento que compartían en Ciudad Lineal durante la madrugada del 23 de febrero de 2003, tras un incidente en el que la apartó con el brazo para protegerse de su agresión con puños. Según su versión, Juana estaba más agresiva de lo habitual esa noche debido al consumo de alcohol.
En su argumentación final, la fiscal enfatizó que la muerte de Juana no fue "accidental", sino el resultado de una acción premeditada en la que Jesús asumió el riesgo de tales consecuencias.
"En tan solo 26 horas, la desmembró, lo cual no es tarea sencilla, condujo 170 kilómetros, cavó dos fosas para enterrar los restos óseos, regresó y dejó una nota a Sergio, el hijo mayor de Juana, en la que afirmaba que su madre había ingerido pastillas y se había marchado", detalló la fiscal.
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