En un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad de Camarma de Esteruelas, la familia de un anciano asesinado en mayo de 2022 ha pedido que se imponga al agresor la pena de prisión permanente revisable, argumentando que su ser querido era una persona especialmente vulnerable, lo que debería aumentar la gravedad de la condena.
La víctima, Antonio Alberto, de 70 años, vivía con discapacidad visual y movilidad reducida. La fatídica tarde del 22 de mayo salió a alimentar a los animales en el jardín de una asociación dedicada a la acogida de personas en situación de exclusión social. Fue entonces cuando se encontró con un ladrón que lo apuñaló en múltiples ocasiones. A pesar de los esfuerzos médicos, Antonio falleció dos semanas después, lo que ha dejado a su familia sumida en el dolor.
El proceso judicial por este atroz crimen ha comenzado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se realiza la selección del jurado popular que será responsable de juzgar los hechos ocurridos. Este caso no solo aborda la brutalidad del ataque, sino que también plantea cuestiones críticas sobre la capacidad del agresor para asumir la responsabilidad penal.
Los miembros del jurado tendrán la tarea de analizar la prueba forense presentada en el juicio, la cual determinará si el imputado, M. A., tenía sus capacidades volitivas y cognitivas gravemente afectadas en el momento del crimen. La defensa del acusado contempla la posibilidad de solicitar una exención total o parcial de responsabilidad penal, lo que añade un nivel de complejidad a los procedimientos judiciales que buscan justicia para la víctima y su familia.
El ministerio público ha solicitado una condena de once años y medio de cárcel por delitos de homicidio y robo con fuerza en casa habitada, mientras que la acusación particular argumenta en favor de la pena máxima, señalando que los antecedentes del caso permiten contemplar la prisión permanente revisable.
Según el relato de acusación, el 22 de mayo de 2022, M. A. se presentó en la finca "Montecillo", perteneciente a la asociación Betel en Camarma de Esteruelas. Tras forzar la entrada a una de las viviendas, sustrajo unas botas de la marca Pikolino, valoradas en 130 euros, y se marchó. Sin embargo, no pudo escapar impunemente, ya que fue sorprendido poco después por un residente de la finca, lo que desató una violenta confrontación en la que el acusado le propinó varias puñaladas en el abdomen con un cuchillo.
El resultado de esta agresión fue devastador. La víctima sufrió graves lesiones que derivaron en una parada cardiorrespiratoria, falleciendo días más tarde en el hospital. Tras el ataque y su posterior huida, M. A. se dirigió a la urbanización “El Practicante”, donde entró en otra vivienda, pernoctando sin ser detectado. Al despertarse, robó un teléfono móvil y trató de escapar por una ventana, pero fue sorprendido nuevamente por el propietario de la casa, frustrando así sus intentos de enriquecer ilícitamente.
Desde su detención el 23 de mayo de 2022, el acusado ha estado privado de libertad. Se sabe que padece un trastorno de ideas delirantes, lo que puede ser fundamental para determinar su estado mental en el momento de cometer los delitos. Este diagnóstico ha llevado a cuestionar la plena capacidad de M. A. para discernir la naturaleza y consecuencias de sus actos, un factor que podría influir considerablemente en el resultado del juicio.
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