En Madrid, la tasa de abandono escolar ha registrado un descenso significativo, colocándose en un 8,9% durante el tercer trimestre del año. Este porcentaje representa una mejora de cuatro décimas en comparación con el trimestre anterior, cuando se situaba en un 9,3%, y es la primera vez que esta cifra se coloca por debajo del umbral del 9% establecido por la Unión Europea para el año 2030.

El Gobierno regional ha resaltado esta información tras la publicación de los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), que revelan que la tasa de abandono en la Comunidad de Madrid es 3,7 puntos inferior a la media nacional, que permanece estancada en el 12,6%. Esta estadística indica un avance en la lucha contra la deserción escolar en la región.

En el ámbito comparativo, Madrid se posiciona como la comunidad autónoma con la menor tasa de alumnado que abandona sus estudios de manera prematura, posicionándose junto a otras regiones como el País Vasco, Cantabria y Navarra. En contraste, Cataluña, que cuenta con un número similar de estudiantes, presenta una tasa de abandono del 13,3%, lo cual es un 4,4% superior a la de Madrid.

Desde el Ejecutivo regional han subrayado que esta tendencia es fruto de un esfuerzo sostenido durante más de dos años. Desde el inicio de 2023, la tasa ha disminuido 2,5 puntos, pasando de un 11,4% a un 8,9%, mientras que a nivel nacional la reducción ha sido de solo 1,1 puntos. Además, desde la llegada de la presidencia de Isabel Díaz Ayuso en el verano de 2019, la caída acumulativa es del 25%.

La Consejería de Educación, liderada por Emilio Viciana, ha afirmado que estos resultados respaldan su compromiso con una educación inclusiva y diversa, centrada en las necesidades individuales de cada alumno. Se considera esencial la atención personalizada y el fomento de un entorno educativo de calidad.

Entre las iniciativas impulsadas por el Gobierno de Ayuso se encuentra la disminución del número de alumnos por aula. Para el curso 2025/26, esta medida se amplía a 1º de Primaria y al segundo ciclo de Educación Infantil, bajando la ratio de 25 a 20 estudiantes, así como en los primeros tres años de Educación Secundaria Obligatoria, donde se reducirá de 30 a 25 alumnos. Además, en septiembre se incorporaron 2.725 nuevos docentes a los centros públicos, un aumento del 50% respecto al curso anterior, lo que refuerza la capacidad de atención educativa en la región.