Madrid celebra el Día de Muertos con vibrantes altares mexicanos adornados de papel picado y flores en espacios públicos.
Desde el 31 de octubre, Madrid se transforma en un vibrante homenaje al Día de Muertos, una festividad mexicana que se celebra por segundo año consecutivo gracias a la iniciativa del Ayuntamiento, que ha instalado altares en varios centros culturales de la ciudad. Las calles se llenan de colores, flores, papel picado y velas, creando un ambiente de alegría y recuerdo.
Rafael Cabrera, director General de Programas y Actividades Culturales del Ayuntamiento, comparte que "cada altar es único". Esta tradición se inició el año pasado en colaboración con Casa de México, y tuvo una gran acogida, atrayendo casi 100.000 visitas. "Es una manera hermosa de recordar y celebrar", añade Cabrera.
La edición de este año incluye cuatro altares elaborados por la artista Cristina Faesler, que se pueden visitar en CentroCentro, Matadero Madrid, el Centro Cultural Daoíz y Velarde, y el Teatro Fernán Gómez. Además, Casa de México alberga un altar emblemático que sigue siendo un punto de referencia para la festividad.
Este día, que se conmemora el 2 de noviembre, es una celebración tradicional en México que simboliza la conexión entre los vivos y los difuntos. La UNESCO lo reconoció en 2003 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La ofrenda de muertos convierte la tristeza en celebración, permitiendo que las almas de los difuntos visiten a sus seres queridos por un breve tiempo.
Cabrera también destaca las similitudes entre el Día de Muertos y las tradiciones españolas de Todos los Santos, donde el recuerdo de los que han partido se honra con flores y velas. Ambos rituales, según él, reflejan la misma esencia: un homenaje alegre y respetuoso.
Cada altar es un reflejo del espíritu del Día de Muertos, con elementos representativos como el agua, que simboliza la purificación; la tierra, que ofrece alimento a los difuntos; el fuego, que ilumina el camino; y el aire, que anuncia la llegada de las almas a través del papel picado. También se incluyen objetos personales, como fotografías, la cruz de sal y el pan de muertos, entre otros.
No faltan las célebres catrinas, que se hicieron populares en el siglo XX. Este personaje, creado por José Guadalupe Posada, representa una crítica social significativa. Cabrera expresa que es vital rendir homenaje a quienes, de manera simbólica, regresan al mundo de los vivos, y cada instalación incluye carteles que explican el significado de los elementos presentes.
La ruta para visitar estos altares comienza en CentroCentro, donde se pueden ver instalaciones decoradas con mariposas de bambú hasta el 2 de noviembre. Matadero Madrid y el Centro Cultural Daoíz y Velarde también tienen altares abiertos hasta el 16 de noviembre, cada uno destacando elementos únicos en su diseño.
Asimismo, el Teatro Fernán Gómez alberga un altar que homenajea a los defensores de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y ofrecerá talleres familiares del 31 de octubre al 2 de noviembre para introducir a los niños en la importancia del Día de Muertos. Estas actividades son gratuitas y requieren inscripción previa.
Además de los altares municipales, la Fundación Casa de México presenta su propia ofrenda, 'Cabaret El recuerdo', hasta el 9 de noviembre, mientras que la Casa de América rinde homenaje a las abuelas con un altar que estará abierto hasta el 8 de noviembre. Cada uno de estos altares, aunque diferente, entronca con la misma esencia de reconectar a vivos y muertos, ofreciendo una experiencia cultural rica y conmovedora.
En conclusión, esta celebración se erige como una oportunidad invaluable para explorar una tradición vibrante, llena de luz y emociones que unen la memoria con el presente, y que invita a todos a participar en este mágico reencuentro.
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