En un reciente anuncio, la Comunidad de Madrid ha decidido incorporar el municipio de Madrid en su lista de áreas sujetas a medidas específicas de protección ante la amenaza de la gripe aviar. Esta decisión sigue a la confirmación de un nuevo brote detectado en un pavo real en el emblemático parque del Retiro.

Este nuevo caso de aves silvestres se identificó el jueves pasado y se añade a los brotes que han surgido en Alcobendas en septiembre, así como en Móstoles, Alcorcón, Leganés y Fuenlabrada durante el mes de octubre. A lo largo de este mismo periodo, se informó también de un foco en una granja avícola en Valdemoro y en aves cautivas ubicadas en Torrejón de Velasco y Ciempozuelos, según lo publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid.

En respuesta a esta situación, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior ha implementado nuevamente acciones de protección en la capital, a raíz de la detección de este brote de influenza aviar altamente patógena H5N1 en el Retiro.

Las medidas adoptadas incluyen la prohibición de usar ciertas especies de aves, como anseriformes y charadriiformes, como cebo para la caza, así como la cría de patos y gansos junto a otras especies de aves de corral. Además, se prohíbe permitir que aves de corral tengan acceso a agua de fuentes potencialmente contaminadas por aves silvestres.

También se insiste en la necesidad de extremar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas de cualquier tipo. De igual forma, la presencia de aves de corral o cautivas en centros de concentración de animales queda estrictamente prohibida, con el fin de frenar la propagación de este virus altamente contagioso, que, afortunadamente, no representa un riesgo significativo para los seres humanos.

La gripe aviar es causada por diferentes subtipos de virus que afectan a las aves, clasificándose en dos categorías según la gravedad: de baja patogenicidad, que provoca síntomas leves, y de alta patogenicidad, que resulta en enfermedad grave. En este contexto, se ha identificado el segundo tipo, caracterizado por su naturaleza sistémica y su contagio acelerado, lo cual puede conducir a altas tasas de mortalidad en un corto periodo dentro de las explotaciones comerciales. Sin embargo, hasta el momento, no hay pruebas de que el subtipo H5N1 tenga una capacidad significativa para transmitirse a los humanos.