Maroto describe intercambios con Aldama como "vacíos" y se siente objeto de un linchamiento tras un episodio confuso con su teléfono.
En el marco de un intenso debate político, la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, se encuentra en el ojo del huracán tras la divulgación de mensajes de WhatsApp con el presunto comisionista Víctor de Aldama, en el contexto del denominado 'caso Koldo'. Maroto, quien fue ministra de Turismo, Industria y Comercio, ha tachado estos mensajes de "la nada", esbozando su desdén hacia la interpretación que hacen de ellos sus opositores, específicamente el alcalde José Luis Martínez-Almeida, a quien critica por su "sobreactuación" en torno a esta situación.
Durante una rueda de prensa, Maroto fue interpelada reiteradamente sobre la posibilidad de que existieran más mensajes como los divulgados. A lo que contestó que, en su posición de cargo público, es habitual que interactúe con diversas personas y reciba muchas solicitudes, lo que a su juicio es beneficioso, pues fomenta un contacto más humano y cercano, lejos de la frialdad que a veces puede caracterizar a la política.
Respecto a la forma en que Aldama obtuvo su número de teléfono, Maroto expresó que no tiene conocimiento al respecto, insinuando que, dado su rol, facilita su contacto con frecuencia, o sus compañeros pueden hacerlo también. Reiteró que siempre busca transmitir empatía en sus comunicaciones, aunque negó que hubiera mantenido reuniones con Aldama, alegando que su apretada agenda no se lo permitía durante la desescalada de la pandemia.
En sus declaraciones, Maroto fue contundente al afirmar que los mensajes intercambiados carecen de relación con los casos de corrupción que están bajo investigación, como el de las mascarillas y el de hidrocarburos. Aseguró que estos mensajes están vinculados a un proyecto de reactivación del turismo que fue presentado al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid, pero que no prosperó.
Maroto enfatizó que sus conversaciones con Aldama se restringen a un marco netamente laboral, dado el contexto en el que se encontraban, recibiendo múltiples propuestas destinadas a revitalizar el sector turístico en un momento crítico para el país. Defendió la transparencia de sus acciones, instando a que se muestren esos mensajes y subrayando que no tienen relación alguna con los escándalos que sacuden al Ayuntamiento.
En respuesta a la iniciativa del PP de llevar a cabo una moción de reprobación en su contra que será presentada en el Pleno, Maroto subrayó que el alcalde ha exagerado la situación y que su deseo de demandar su dimisión es un reflejo de un linchamiento político que ella no puede permitir. Reiteró que mientras ella está dando explicaciones, Almeida se mantiene al margen de rendir cuentas sobre el entramado de corrupción que afecta a su administración.
Al abordar el caso de las mascarillas, Maroto criticó que Almeida no ha proporcionado claridad sobre las relaciones que mantuvo con comisionistas que perjudicaron al Ayuntamiento, poniendo de relieve que a diario se hacen denuncias sobre irregularidades que involucran a su administración. Reprochó que el alcalde se fijara en ella en lugar de abordar estos serios asuntos que requieren su atención y liderazgo.
Maroto expresó su decepción por lo que interpretó como una falta de interés genuino por parte de Almeida en los asuntos de la ciudad. Lamentó que el debate político se haya desviado hacia ataques personales en lugar de enfocarse en una discusión constructiva sobre los problemas que enfrenta Madrid. Abogó por un intercambio más sereno y responsable, donde se prioricen las necesidades de la ciudadanía por encima de las confrontaciones partidistas.
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