24h Madrid.

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PP exige la renuncia de Bergerot en un proyecto sobre violencia de género, mientras MM acusa al partido de desatender a las víctimas.

PP exige la renuncia de Bergerot en un proyecto sobre violencia de género, mientras MM acusa al partido de desatender a las víctimas.

Desestimada una propuesta para incrementar los recursos destinados a los juzgados de violencia de género

MADRID, 21 de noviembre.

La tensión se desató en la Asamblea de Madrid cuando el Partido Popular exigió la dimisión de Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid, tras una intervención en la que se discutía sobre la violencia de género. Desde el partido de la derecha, se dejó entrever que la preocupación por las víctimas de violencia machista parece ser secundaria, sugiriendo que solo les interesan si pueden utilizarlas políticamente.

Durante el debate de una Proposición No de Ley (PNL) que buscaba fortalecer los recursos de los juzgados especializados en violencia contra la mujer, Esther Platero, diputada del PP, defendió su postura argumentando que en su partido "ninguna mujer está silenciada", en un intento de contrastar con Más Madrid, a la que acusó de tener "callada" a una de sus compañeras, Loreto Arenillas.

Platero enfatizó la importancia de llevar los casos de violencia de género a la Justicia, criticando a la oposición por lo que considera una espectacularización política de la lucha feminista. Subrayó que la verdadera responsabilidad reside en la denuncia de los hechos, acusando a Más Madrid de hipocresía y pidiendo la dimisión de Bergerot por su supuesta falta de liderazgo ante la situación.

La diputada 'popular' se refirió a la izquierda como antifeminista, descalificando las posturas sobre el trabajo sexual y sugiriendo que los discursos de Más Madrid son incoherentes. A pesar de las advertencias del presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, quien le pidió que retirar sus comentarios sobre el PSOE, Platero se mantuvo firme en su discurso.

Por su parte, Jimena González, diputada de Más Madrid, rebatió estas afirmaciones, subrayando que al PP "les importa muy poco" el sufrimiento de las víctimas si no pueden utilizarlo como una herramienta política. Afirmó que el partido de la oposición se burla de las feministas y se opone a medidas que podrían tener un impacto positivo en la erradicación del machismo.

González fue la primera en tomar la palabra para presentar la mencionada iniciativa, que buscaba no solo aumentar los recursos disponibles en los juzgados de violencia contra la mujer, sino también establecer un plan de formación para el personal que trabaja en estos casos. Sin embargo, la propuesta fue finalmente rechazada con el apoyo de PP y Vox.

En su intervención, González destacó la crucial labor que realizan estos juzgados, quienes suelen manejar situaciones extremadamente complejas y dolorosas. Advertía que la falta de recursos y formación adecuada limita gravemente la atención que se puede ofrecer a las víctimas, haciendo hincapié en que sin el apoyo necesario la calidad del servicio que se les brinda se ve comprometida.

Desde Vox, Isabel Pérez Moñino rechazó de plano que su familia esté en riesgo por un supuesto sistema heteropatriarcal, y denunció lo que considera abusos en el uso de la ley de violencia de género, asegurando que ello conduce a la estigmatización social de los hombres y busca socavar la paternidad de muchos padres.

Pérez Moñino arremetió además contra lo que denominó "feminismo de extrema izquierda", acusándolo de ocultar a agresores y manipular a las víctimas para mantener el silencio. Para ella, lo que hay detrás es una "gran estafa subvencionada" que, en su opinión, solo crea divisiones y fomenta el odio en lugar de abordar los problemas reales.

En respuesta, Tatiana Jiménez, diputada del PSOE, criticó el discurso de Pérez Moñino, tildándolo de "discurso de odio" que perpetúa la violencia de género. Afirmó que el legado de la Ley de Medidas de Proyección Integral contra la Violencia de Género, aprobada hace dos décadas, ha situado a España a la vanguardia de la lucha contra esta problemática, resaltando el creciente número de denuncias y la importancia de los juzgados especializados en este ámbito.

Jiménez concluyó su intervención señalando que la creciente carga de trabajo en los juzgados de violencia de género se traduce en un compromiso con la protección de las víctimas, advertencia que busca llamar la atención sobre las deficiencias estructurales que enfrentan estos organismos en la Comunidad de Madrid.