En un giro significativo en la memoria histórica de España, la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, ha criticado abiertamente lo que denomina el “debate de trincheras” del Gobierno central. Esta declaración surge tras el reciente reconocimiento de la tapia de fusilamiento del cementerio de La Almudena como un Lugar de Memoria Democrática, siendo un lugar de horror donde la dictadura de Franco ejecutó a cerca de 3.000 personas tras la Guerra Civil.

Durante una rueda de prensa que siguió a la Junta de Gobierno, Sanz no dudó en mostrar su escepticismo sobre las intenciones del Gobierno español, afirmando que parece que tienen un calendario “muy ajetreado” en relación con estos temas. Esta observación plantea preguntas sobre la sinceridad y la urgencia detrás de estas iniciativas de memoria histórica.

El anuncio del Gobierno llega solo un día después de que se reconociera la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol como un Lugar de Memoria Democrática. Este edificio, actualmente sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, fue infame durante la dictadura por ser el centro de la Dirección General de Seguridad, donde se infligieron torturas a quienes se oponían al régimen.

Sanz también expresó su preocupación de que este nuevo reconocimiento se realice de manera legal, ya que, según sus palabras, el expediente relacionado con la Real Casa de Correos podría estar caducado, lo que generaría dudas sobre la validez de dicho reconocimiento.

Desde el Gobierno municipal, la vicealcaldesa enfatizó que su enfoque continuará en los problemas cotidianos de los ciudadanos madrileños, como la reducción de impuestos y la provisión de servicios públicos de calidad. “El debate de trincheras lo dejamos para el Gobierno de España”, concluyó Sanz, reafirmando así su compromiso con las necesidades diarias de los ciudadanos frente a la política nacional.