En un preocupante suceso ocurrido en Madrid, el 4 de enero, un grupo de delincuentes logró sustraer 28 bombonas de butano de diversas gasolineras en las localidades de Coslada, San Fernando de Henares y Alcalá. Esta información ha sido difundida por el Colectivo Profesional de la Policía Municipal (CPPM) de Coslada y corroborada por fuentes del Ayuntamiento en un comunicado oficial.
El CPPM ha alertado sobre la seriedad de la situación, indicando que tras el robo, la Brigada de Información de la Policía Nacional en Madrid activó un operativo especial ante el temor de un potencial atentado terrorista coincidiendo con la Cabalgata de Reyes Magos en Coslada. Este aviso fue recibido por los agentes locales durante la celebración del evento, lo que incrementó las preocupaciones sobre la seguridad de los asistentes.
El sindicato policial ha arremetido contra el alcalde Ángel Viveros, acusándolo de priorizar su imagen pública por encima de la seguridad ciudadana al decidir continuar con la celebración de la cabalgata, a pesar de ser consciente de la insuficiencia de efectivos de Policía Local. Desde el CPPM han exigido su dimisión, argumentando que no hay justificación válida para lo que consideran un acto de negligencia y falta de valor.
En su crítica, el colectivo ha manifestado que las medidas de seguridad implementadas fueron gravemente insuficientes, mencionando que los accesos a las calles se controlaron con simples vallas y la presencia de integrantes de Protección Civil, quienes no cuentan con la formación necesaria para manejar situaciones de peligro. También apuntan a la presencia de vehículos mal estacionados en el recorrido, lo que pudo haber complicado aún más la seguridad del evento.
“Si el alcalde no tenía conocimiento del riesgo, debería dimitir por incompetente; y si lo sabía, entonces por su irresponsabilidad. Afortunadamente, no hubo incidentes, pero ¿cuánto tiempo más vamos a arriesgarnos con un gobierno que parece jugar a la ruleta rusa? Esperamos que no tengamos que lamentar en el futuro las consecuencias de una gestión tan descuidada en Coslada”, advirtieron desde el colectivo policial.
Por su parte, el Ayuntamiento de Coslada ha rechazado de manera contundente estas acusaciones de falta de preparación e inseguridad. En su defensa, señalan que, semanas antes de la Cabalgata, un número significativo de agentes locales comenzaron a presentar bajas laborales, lo que llevó al alcalde a comunicarse con la Delegación del Gobierno para solicitar refuerzos de la Policía Nacional tanto para la cabalgata como para el resto del fin de semana.
Con un recuento de 60 bajas entre los policías locales, la Delegación del Gobierno respondió enviando a 30 efectivos nacionales. Según fuentes del Ayuntamiento, esto desmiente las afirmaciones de que existiera un clima de inseguridad durante el evento ni durante el fin de semana, gracias a esos refuerzos. Además, se ha indicado que la investigación sobre el robo se está llevando a cabo en el marco de la delincuencia común, descartando cualquier vinculación con un acto terrorista.
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