MADRID, 30 de octubre.
Hoy, un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha llegado a un veredicto unánime, declarando a Dilawar Hussein culpable de tres asesinatos, sin considerar las atenuantes de confesión y arrebato que había solicitado su defensa.
Durante la sesión, el tribunal expuso que Hussein actuó "con extrema violencia", aunque se reconoció una leve alteración psíquica en su comportamiento, lo que tuvo un efecto mínimo en su capacidad para distinguir entre el bien y el mal.
En el juicio, el acusado admitió haber asesinado a los hermanos Gutiérrez Ayuso con una barra de hierro. Relató que escuchaba "voces en su cabeza" y afirmaba ver "fantasmas", situaciones que, según él, lo empujaron a cometer el crimen.
“No estaba bien. Mi mente no funcionaba adecuadamente. Las voces me llevaron allí. Intenté hablar con ellos, pero cuando sacaron cuchillos, vi el palo de hierro y actué”, confesó Hussein.
El detonante de esta tragedia fue una deuda de 60.000 euros que las hermanas tenían con Hussein. Las víctimas habían caído en una estafa amorosa perpetrada por supuestos militares estadounidenses, a quienes enviaban dinero desde un locutorio que Hussein manejaba.
En su declaración policial, el acusado aseguró que utilizó una barra de hierro presente en el hogar de las víctimas y que regresó días después para intentar incinerar los cuerpos. Esta acción llevó a la policía a encontrar en el lugar del crimen distintas huellas dactilares. Además, el acusado mencionó estar "loco".
Amelía y Ángeles, las hermanas, habían sido víctimas de una fraude por internet, lo que las llevó a pedir un crédito a Hussein, a quien conocían por haberle alquilado una habitación en su casa. El clima de acoso se había intensificado, y en septiembre de 2023, un juez impuso una orden de alejamiento contra él respecto a una de las hermanas.
La preocupación de los vecinos creció cuando no vieron a las víctimas durante semanas. La denuncia por su desaparición se formalizó un mes después del crimen, que ocurrió el 17 de diciembre de 2023.
Fue en ese contexto que agentes de la Guardia Civil encontraron los cuerpos de las hermanas, quemados y apilados en su hogar, después de que Hussein escalará el muro perimetral de la vivienda.
El hallazgo ocurrió sobre el 19 o 20 de enero, y la detención del agresor se realizó el 22 de enero, tras haber confesado los crímenes y ordenándose su prisión provisional.
Los hechos ocurrieron la mañana del 17 de diciembre de 2023, cuando Hussein llegó al domicilio de las tres víctimas. Tras escalar el muro, fue recibido por J. G. A., a quien golpeó repetidamente en la cabeza con una barra de hierro, causándole la muerte por traumatismo craneoencefálico.
Seguidamente, se dirigió a F. A. G., propinándole también múltiples golpes en la cabeza, provocando su fallecimiento por la misma causa. Finalmente, atacó a F. M. Á. G., con la misma intención, golpeándole hasta causarle la muerte por traumatismo craneoencefálico.
El 19 de diciembre de 2023, alrededor de las 8 de la tarde, Hussein regresó al inmueble donde encontró los cadáveres, y prendió fuego a los mismos.
El 22 de enero de 2024, fue arrestado y el juez de Instrucción número 5 de Arganda del Rey dispuso su encarcelamiento preventivo, sin derecho a fianza, por estos graves delitos.
Se ha indicado que el acusado presentaba una leve disminución en sus capacidades mentales en el momento de los hechos, dado que padece un trastorno de personalidad con rasgos paranoides y una acumulación progresiva de frustraciones personales.
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