MADRID, 2 de enero.
El lunes pasado, un carterista llevó a cabo un violento asalto en la estación de Metro de Gran Vía, donde logró quitarle la pistola reglamentaria a un agente de la Policía Nacional e intentó dispararle sin éxito, según ha confirmado una portavoz de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid en declaraciones a Europa Press.
Los incidentes se produjeron alrededor de las 17 horas del 30 de diciembre. Un grupo de policías, que se encontraba de paisano, había estado siguiendo la pista de dos sospechosos vinculados a varios hurtos en la Línea 1, específicamente en la Estación del Arte, donde intentaron robar a diversos pasajeros. Al llegar a Gran Vía, los agentes decidieron proceder a la identificación de los individuos.
En plena identificación, uno de los sospechosos emprendió la fuga, siendo perseguido por uno de los policías. El segundo sospechoso, que permaneció en la estación, aprovechó el momento para arrebatar la pistola al agente, apuntándole y apretando el gatillo en varias ocasiones. Afortunadamente, el seguro del arma no se desactivó, lo que impidió que se produjera un disparo.
El policía, en una arriesgada maniobra, logró recuperar el arma del carterista, quien mostró una gran resistencia durante el forcejeo. Con la asistencia de su compañero, el agente consiguió finalmente arrestarlo. Ambos funcionarios fueron luego atendidos por servicios médicos a raíz de las lesiones sufridas en la confrontación. El delincuente, un ciudadano chileno de 25 años, fue hallado con varios teléfonos móviles y tarjetas de crédito en su posesión, mientras que su cómplice logró escapar.
El Sindicato Unificado de la Policía Nacional (SUP) recordó en su cuenta de redes sociales que hoy se cumplen diez años de la trágica muerte del policía nacional Javier Ortega, quien fue empujado a las vías del Cercanías en la estación de Embajadores, siendo abatido por un tren. Este recordatorio pone de relieve una vez más el peligro inherente a la labor policial.
Además, el sindicato subrayó la necesidad de reforzar las medidas de seguridad tras este incidente, solicitando en noviembre que se equipara a la Brigada Móvil con fundas antihurto para evitar que otros delincuentes puedan arrebatar las armas a los agentes. En el contexto de un nivel de alerta antiterrorista de riesgo 4, los agentes están desempeñando sus funciones en lugares considerados como potenciales objetivos de atentados, lo que hace aún más urgente esta demanda, especialmente en un momento en el que se están redistribuyendo efectivos de nuevo ingreso.
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