El Real Madrid celebra su decimoquinta Champions League en Cibeles

Martínez-Almeida: "El Real Madrid es el icono de esta ciudad"

La tarde del domingo se tiñó de blanco en Madrid, con el Real Madrid desfilando por las calles de la capital para celebrar su victoria en la Champions League. Tras los actos protocolares en el Ayuntamiento, los campeones de Europa llegaron a Cibeles en un autobús descapotado, rodeados de miles de seguidores emocionados.

El recorrido festivo abarcó desde el Ayuntamiento hasta la emblemática plaza de Cibeles, con paradas en las calles más concurridas de la ciudad. El entrenador, Carlo Ancelotti, cumplió su promesa de aparecer con puro y gafas de sol, mientras los jugadores se unían al himno del club y el canto de "campeones, campeones".

En Cibeles, los protagonistas se dirigieron a la multitud desde una pasarela elevada, donde el capitán Nacho Fernández expresó su agradecimiento por la temporada. Los jugadores entonaron cánticos junto a la afición, en un ambiente de celebración y camaradería.

Tras las palabras de despedida de Toni Kroos y los reconocimientos mutuos en el equipo, los jugadores levantaron el trofeo de la Champions ante una Cibeles abarrotada de seguidores emocionados. El recorrido festivo continuó en el autobús, rumbo al Santiago Bernabéu, al ritmo de "We are the Champions".

Antes de llegar a Cibeles, el Real Madrid hizo una parada institucional en el Ayuntamiento, donde el presidente Florentino Pérez y el alcalde Martínez-Almeida intercambiaron obsequios. Martínez-Almeida elogió la trayectoria del equipo y lo destacó como un ícono de la ciudad.

En sus palabras, Martínez-Almeida resaltó la importancia de los valores del Real Madrid, como el trabajo, el sacrificio y la humildad, en su camino hacia el éxito. Por su parte, Florentino Pérez dedicó la victoria a los madridistas y a todos los ciudadanos de Madrid.

El capitán Nacho cerró el acto con un mensaje de agradecimiento y compromiso, enfatizando la importancia de la unidad y la determinación para lograr los sueños. La jornada culminó con una foto de familia en Cibeles, como símbolo de la unión entre el Real Madrid y sus seguidores.