La 'viuda negra' de Torrejón identifica al presunto encubridor como responsable de la muerte de un marinero mercante en 2021.
En un hecho escalofriante, María José B. G., conocida popularmente en Torrejón de Ardoz como la 'viuda negra', ha sido acusada de ser la responsable del asesinato de un marino mercante, cuyo cuerpo fue encontrado carbonizado y desprovisto de dientes en Villa de Vallecas en agosto de 2021.
El juicio comenzó esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid, donde un jurado popular escuchará los testimonios y las pruebas presentadas. La abogada defensora de la imputada ya ha anticipado su versión de los hechos, aunque los acusados no empezarán a declarar hasta que se complete la fase de pruebas.
La historia de este macabro acontecimiento se complica aún más con la implicación de María José en un caso previo conocido como el "crimen de la etiqueta". La etiqueta naranja de un bazar chino hallada en la escena del crimen parece conectar a la acusada con el asesinato. Se sabe que María José trabajaba en la agencia inmobiliaria del fallecido, un colombiano de 51 años cuya vida personal estaba marcada por sus problemas financieros y adicciones.
Durante la primera sesión del juicio, la presidenta del tribunal reprendió a la acusada en repetidas ocasiones por interrumpir la presentación del informe policial, en un comportamiento que pone de manifiesto la tensión del caso.
La fiscal ha argumentado que el asesinato de Gabriel, un hombre de 62 años originario de Ferrol, tenía un trasfondo económico. Tras su muerte, María José habría recibido 62.000 euros por la gestión de sus nóminas, lo que señala un posible motivo detrás de este acto violento. Gabriel ganaba una considerable cantidad mensual pero había desarrollado una trama para eludir sus obligaciones con la Seguridad Social, lo que le vinculó con María José desde sus días de prostitución.
Los investigadores revelan que la víctima tenía un estilo de vida disoluto, gastando cifras exorbitantes en fiestas y consumo de drogas, lo que llevó a la tragedia. Su cadáver fue hallado en un pinar, y es particularmente inquietante que, después de cometer el crimen, María José intentara engañar a los familiares de Gabriel enviando mensajes haciéndose pasar por él.
El informe policial detalla que el cuerpo, además de estar calcinado, presentaba amputaciones en los dedos y la extracción de dientes, lo que apunta a un intento deliberado de dificultar la identificación. Todo esto salió a la luz tras una llamada al servicio de emergencias sobre un incendio en la zona, donde los bomberos hicieron el macabroso descubrimiento.
En la investigación se encontró información relevante en el ordenador de la acusada, incluida una búsqueda sobre la duración de las investigaciones por asesinato, lo que podría insinuar premeditación. Su defensa, sin embargo, sostiene que no existen pruebas suficientes para vincular a María José con el asesinato y apunta hacia otro acusado como el verdadero autor del encubrimiento.
Una responsable policial expuso la cronología de los hechos y la evidencia en el juicio, donde también se mencionaron patrones de comportamiento y geolocalización que situaron a ambos implicados en el lugar y momento del crimen. Esto añade una capa enigmática a la historia y llama a la atención sobre las complejidades de tales investigaciones.
El Ministerio Público ha solicitado penas severas para ambos acusados; 20 años para María José por asesinato y 3 años para su presunto encubridor. El desarrollo del juicio promete desvelar más detalles de un caso que involucra no solo un asesinato, sino también una trama de engaños y manipulaciones dignas de una novela de crimen.
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