Metro enfrenta el desafío de cerrar y reabrir la Línea 6 este sábado con una planificación detallada y precisa.

La noche del viernes 5 de septiembre, Madrid se prepara para un importante hito en el proceso de modernización de su sistema de transporte. Este sábado, se activa la segunda fase de las obras de automatización de la Línea 6 del Metro, con la esperada reapertura del tramo que conecta las estaciones de Moncloa y Méndez Álvaro, cerrado desde finales de mayo. Sin embargo, esta reactivación viene acompañada del cierre del arco este, que va de Moncloa a Legazpi, que permanecerá inoperativo hasta el 31 de diciembre.
En un recorrido realizado por el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, entre las estaciones de Oporto y Plaza Elíptica, se ha podido constatar los avances de las obras en el arco oeste, que volverá a estar operativo después de tres meses de interrupción.
Rodrigo ha enfatizado la importancia de la noche del viernes, señalando que la simultaneidad del cierre de un tramo y la apertura de otro plantea desafíos significativos para la movilidad en Madrid. “Estamos confiados en que todo está organizado con precisión casi milimétrica y anhelamos que no surjan complicaciones”, subrayó.
Los trabajos, que se han llevado a cabo de manera ágil, han permitido anticipar la apertura de la sección entre Moncloa y Méndez Álvaro, originalmente programada para el 12 de septiembre. Elisa Guzmán, responsable de Servicio de Superestructura de Vía de Metro de Madrid, informó que las obras se centraron en la renovación total de la plataforma de vía.
Se han renovado 44,000 metros de riel utilizando soldadura eléctrica, una técnica destinada a minimizar las interrupciones en el servicio y reducir la probabilidad de roturas. La plataforma, que antes era de balasto, ahora está compuesta de hormigón, ofreciendo así una mayor durabilidad.
Además, los andenes han sido reforzados y se han instalado aproximadamente 2,700 pilares para soportar las nuevas puertas automáticas, cuya instalación está programada para iniciar en 2026. También se ha elevado la tensión de la línea, pasando de 600 Vcc a 1,500 Vcc, lo que promete un uso más eficiente de la energía y una mayor velocidad en el servicio.
La reapertura del tramo oeste y el cierre del este en el marco de este ambicioso proyecto representa un desafío logístico sin precedentes para la compañía de metro, como destacó Guzmán. “Es un hito en nuestra historia, cerrar un tramo y abrir otro simultáneamente tiene implicaciones operativas significativas, especialmente en la transición de tensiones en la catenaria”, explicó.
A pesar de las complicaciones, este sábado los viajeros notarán directamente los beneficios de las mejoras en el tramo reabierto. Aunque los nuevos trenes aún no están en circulación, se espera que se reduzca el tradicional ‘chacachá’ y se incremente la velocidad. “Los usuarios sentirán la diferencia de inmediato, ya que las mejoras son bastante notables”, agregó Guzmán.
Durante la visita, el consejero de Transportes se disculpó ante la ciudadanía por las inconveniencias causadas durante los últimos tres meses, y que podrán extenderse hasta las festividades navideñas. Sin embargo, enfatizó la importancia de estos trabajos para elevar la calidad de vida de los madrileños.
Finalmente, Rodrigo también agradeció a todos los trabajadores de Metro de Madrid que han contribuido a este ambicioso proyecto de modernización, resaltando el esfuerzo colectivo que ha permitido avanzar en la modernización de la red de transporte de la ciudad.
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