En un impactante operativo llevado a cabo por la Policía Nacional, se ha logrado desmantelar una organización criminal que operaba en el ámbito de la trata de personas y la prostitución forzada. Este esfuerzo culminó con la liberación de siete víctimas, quienes eran sometidas a condiciones deplorables y obligadas a trabajar sin descanso. Una de las prácticas más alarmantes reveladas en la investigación fue la exigencia de que las víctimas introdujeran esponjas en su vagina durante su menstruación para poder continuar con los abusos sexuales sin que los clientes lo notaran.
Los registros efectuados por los agentes en los domicilios implicados arrojan detalles escalofriantes, como la incautación de dinero, sustancias estupefacientes, dispositivos electrónicos y cajas fuertes. La investigación comenzó en junio pasado, cuando se detectó la existencia de dos viviendas en los distritos de Carabanchel y Ciudad Lineal, donde se sospechaba que se estaba ejerciendo la prostitución de forma coercitiva.
La magnitud de la operación era tal que un número considerable de clientes acudía a estos lugares, lo que permitía que varias mujeres se encargaran de controlar a las trabajadoras, proporcionando drogas a quienes lo solicitaban. Además, la organización empleaba cámaras de seguridad no solo para vigilar a las víctimas, sino también para crear un ambiente de terror, utilizando altavoces para lanzar reprimendas a aquellas que tardaban en atender a los clientes por estar enfermas o por cualquier otra razón.
Las condiciones de vida y trabajo que enfrentaban estas víctimas eran inhumanas. Se les negaba la ventilación adecuada, se les restringía la calefacción únicamente a las áreas destinadas a los servicios sexuales, y, para agravar la situación, las instalaciones estaban infestadas de cucarachas. Las víctimas eran forzadas a laborar las 24 horas del día, sin derecho a rechazar ningún tipo de servicio o práctica.
El nivel de abuso continuaba incluso en momentos críticos, como durante su menstruación, ya que se les obligaba a usar esponjas para ocultar su estado y seguir ofreciendo servicios sexuales. En situaciones donde todas las habitaciones estaban ocupadas, eran forzadas a trabajar en los baños o en la cocina, una clara demostración de la deshumanización que sufrían.
La organización también tenía un sistema de pago muy controlado, permitiendo a los clientes abonar los servicios a través de aplicaciones bancarias, aunque el dinero luego era retirado por miembros de la organización. En caso de pago en efectivo, las sumas eran almacenadas en cajas fuertes, a las que solo los líderes de la organización tenían acceso y de las cuales se extraía dinero diariamente.
A principios del mes en curso, se llevó a cabo un operativo que resultó en dos registros en los domicilios implicados en esta red. Durante estos operativos se confiscó un arsenal de evidencias, incluyendo equipos informáticos, teléfonos móviles, 40 gramos de cocaína distribuidos en dosis, marihuana, hachís, potenciadores sexuales, así como cuadernos que documentaban las operaciones ilícitas de la organización.
Como resultado de esta operación, se arrestó a siete personas, seis mujeres y un hombre, quienes fueron detenidos bajo la sospecha de haber cometido delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, así como violaciones de leyes sobre salud pública y blanqueo de capitales.
En un esfuerzo por prevenir estos delitos y ayudar a más víctimas, la Policía Nacional ha enfatizado la importancia de que los ciudadanos denuncien cualquier situación de abuso. Se ha instado a quienes conozcan o sufran este tipo de circunstancias a que se comuniquen con las autoridades a través del teléfono 900 10 50 90, el correo electrónico [email protected], el número de emergencias 091, o en cualquier dependencia policial disponible.
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