De fábrica de yogures a centro de investigación: el renacer de Clesa tras más de una década en desuso.

El antiguo recinto de Clesa, conocido por su producción de lácteos en el barrio de Fuencarral-El Pardo, renacerá como un centro de innovación y ciencia. Tras más de una década de abandono, este emblemático edificio cambiará de rumbo, convirtiéndose en un espacio que promueve la investigación y divulgación científica.
Con la licencia de obras otorgada por el Ayuntamiento de Madrid durante el pasado verano, el proyecto impulsado por Kadans Science comenzará su andadura de rehabilitación en octubre o noviembre de este año. Se espera que las obras culminen y el centro abra sus puertas a finales de 2027, tras un periodo de aproximadamente dos años de trabajo.
En visita a las instalaciones, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, destacó la relevancia de esta transformación para la ciudad, resaltando el valor de la colaboración entre el sector público y privado. Este nuevo espacio busca ser un punto de encuentro para la innovación, investigación y cultura, accesible a la comunidad.
La fábrica, que estuvo operativa hasta 2011, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) el año pasado, lo que garantiza la preservación de su estructura y elementos originales. Esta distinción ha exigido ajustes en las intervenciones para no solo conservar el legado industrial, sino también integrar usos contemporáneos de ciencia y cultura, lo que incidió en el retraso del inicio de las obras.
El Clesa Innovation Center se levantará sobre una superficie de 17.095 metros cuadrados, con un total edificable de 18.000 metros cuadrados. Este espacio albergará un centro de investigación biomédica, áreas culturales, espacios de coworking, auditorios y amplias zonas verdes destinadas al público.
Con una inversión que supera los 35 millones de euros, la redistribución de los interiores permitirá crear más de 9.500 metros cuadrados dedicados a I+D en biomedicina, junto con instalaciones para congresos, coworking y espacios de restauración, asegurando una oferta diversa para la comunidad y los visitantes.
Los proyectos incluyen la creación de cerca de 10.000 metros cuadrados de áreas verdes que conectarán de manera eficaz la instalación con la estación de Cercanías, transformando la zona en un punto de encuentro urbano y comunitario.
La metamorfosis de la antigua planta ha sido parte de un ambicioso proceso de reurbanización lanzado en 2015, que busca redefinir la centralidad urbana del área. Las iniciativas iniciales que proponían diversificar el uso del espacio se enfrentaron a obstáculos, pero la cesión de las parcelas al Ayuntamiento en 2020 dio un impulso renovado al proyecto.
Antes de la transferencia al municipio, se realizaron trabajos de demolición de partes no protegidas de la nave, restaurando las cubiertas y protegidas las ventanas para salvaguardar el sitio de vandalismo. En 2022, se aprobó el proyecto definitivo para urbanizar la zona verde que rodea el edificio, marcando un paso crucial en la rehabilitación del área.
Las obras incluirán una renovación exhaustiva que abarca desde la soterración de instalaciones técnicas hasta la restauración de la fachada, la instalación de ascensores y nuevos accesos. Se destinarán espacios a usos culturales y científicos, asegurando que las características originales del edificio sean respetadas en la medida de lo posible.
El director de Kadans Science en España, Miguel Muñoz, ha compartido que la adaptación de la antigua fábrica a la normativa actual y su protección como BIC ha presentado desafíos significativos, que han requerido un esfuerzo colaborativo entre expertos de diferentes disciplinas.
El proyecto no solo busca revivir un espacio histórico, sino también crear un ambiente propicio para el intercambio de conocimientos entre el sector académico y la comunidad, abriendo las puertas a actividades de divulgación científica, congresos y exposiciones para la ciudadanía.
La rehabilitación de la fábrica está concebida como un modelo de equilibrio entre la protección del patrimonio, la sostenibilidad y la revitalización de espacios industriales que estaban en desuso, transformando la percepción del entorno urbano de Fuencarral-El Pardo.
Con esta iniciativa, la antigua fábrica de Clesa no solo recuperará su esencia industrial, sino que también se convertirá en un motor de actividades sociales, culturales y educativas, enriqueciendo la vida de los vecinos y fomentando un sentido de comunidad renovado.
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