En un reciente operativo en Parla, Fuenlabrada y el distrito de Usera-Villaverde en Madrid, las fuerzas del orden han capturado a un total de 16 individuos en un esfuerzo por frenar la violencia entre bandas criminales, después de un tiroteo ocurrido a mediados de agosto que dejó a cuatro personas heridas, dos de ellas en estado crítico.

Este dispositivo, llevado a cabo el 18 de septiembre, fue el resultado de una profunda investigación que permitió a la Policía Nacional realizar registros coordinados en tres bares de ocio nocturno pertenecientes a grupos rivales. Según el comunicado emitido por la policía, estas acciones se realizaron en lugares donde, además de promover el consumo de drogas, se ofrecían servicios sexuales en un ambiente clandestino.

Las revelaciones más alarmantes de la investigación indican que una de las detenidas, quien operaba uno de estos locales, mantenía escondidas sustancias ilegales como la ketamina en salas privadas a las que solo ella tenía acceso. Su actividad la llevó a ser arrestada por supuestos delitos relacionados con la salud pública y por facilitar el consumo de estupefacientes.

Los otros 15 detenidos, entre los que se encuentran ocho hombres y siete mujeres, enfrentan cargos que van desde delitos contra la salud pública hasta violaciones de la Ley de Extranjería. Todos ellos han sido presentados ante la justicia, donde deberán responder por sus acciones en el contexto de este complejo entramado criminal.