El propósito de esta iniciativa es poder "invertir gradualmente el flujo de tráfico en la dirección opuesta".

El 23 de septiembre, en Madrid, se llevó a cabo una actualización esencial sobre el avance de las obras del soterramiento de la A-5. Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, aseguró que los trabajos están progresando según lo previsto y que las tareas en dirección a la ciudad comenzarán a finales de este año.

Durante una rueda de prensa en el emblemático edificio de la antigua fábrica de Clesa, Carabante mostró su agradecimiento a todas las administraciones que han participado en este proyecto, incluyendo al Gobierno central que ha jugado un papel crucial al fortalecer el servicio de Cercanías hasta Cuatro Vientos.

El delegado también destacó la colaboración con la Comunidad de Madrid y el plan especial de movilidad para la A-5, que abarca tanto los autobuses interurbanos como el metro, incluyendo el trabajo conjunto con la Empresa Municipal de Transportes (Emt), que ha permitido la creación de alternativas de transporte efectivas.

Respecto a las dificultades que están enfrentando los ciudadanos debido a las obras, Carabante enfatizó que, aunque son inevitables, las molestias son parte del proceso. Advirtió sobre la reducción de la capacidad del tráfico y la necesidad de realizar cortes y desvíos, lo que ha afectado la normalidad vial en la zona.

El delegado delineó las expectativas de trabajo para los próximos meses. A finales de año, se prevé comenzar a trabajar en la entrada a la ciudad de Madrid, posibilitando "la progresiva transferencia de todo el tráfico hacia el sentido contrario".

Asimismo, se procederá a la instalación de pilotes en esta dirección, asegurando que se cumpla con el cronograma establecido y con la meta de concluir las excavaciones del túnel, permitiendo que los vehículos puedan transitar a través de él en noviembre de 2026.