En un sorprendente hallazgo, el Archivo Histórico del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha recuperado una bula papal manuscrita de finales del siglo XVII que se había creído perdida durante más de un siglo. Este documento valioso fue encontrado hace dos semanas dentro de una caja fuerte, originalmente destinada a albergar solo documentación administrativa de finales del siglo XX.
El ICAM conocía de la existencia de la bula gracias a un inventario histórico, pero había perdido todo rastro de su expediente. La caja fuerte apareció en el sótano del edificio situado en la emblemática Calle Serrano 11.
Dicha bula, datada en 1695 y firmada por Inocencio XII, fue elaborada a mano sobre pergamino. Además, incluye un certificado de la Comisaría General de la Santa Cruzada, un detalle inusual para la época.
Martín Palomero, archivero del ICAM, explicó a Europa Press que esta bula otorgaba indulgencia plenaria y absolución de pecados a los abogados que se unieran a la congregación del Colegio, siempre que estuvieran en estado de gracia. Para aquellos ya colegiados, la gracia podía ser obtenida al participar en ceremonias religiosas organizadas por el ICAM.
Fundado oficialmente en 1596 mediante una Real Cédula de Felipe II, el Colegio empezó funcionando como una congregación religiosa que también asumía funciones caritativas, como ayudar a viudas de abogados y asistir a letrados encarcelados o sin recursos.
A lo largo de los años, la organización fue evolucionando, y después de establecer sus estatutos en 1732, adoptó formalmente el título de 'Ilustre Colegio', desarrollando una estructura más profesional y menos religiosa.
El valioso documento ha sido digitalizado y estará disponible de forma abierta a través del Repositorio del Patrimonio Documental del Colegio. Además, se planea crear un facsímil de la bula, que será expuesto en el Museo del ICAM una vez finalizadas las labores de conservación, tal como ha informado Palomero.
Eugenio Ribón, decano del ICAM, subrayó la importancia de la recuperación de esta bula, firmada por el cardenal Albani, quien más tarde se convertiría en el Papa Clemente XI. Ribón señaló que este descubrimiento tiene un significado especial para el Colegio, tanto por su excelente estado como por el reconocimiento institucional que demuestra, conseguido apenas un siglo después de su fundación.
El decano también enfatizó el papel crucial que desempeña la archivística en la memoria colectiva jurídica, afirmando que cada documento preservado ofrece una perspectiva esencial para entender el recorrido del colectivo profesional.
Según Ribón, el momento en el que sostuvo la bula por primera vez fue una experiencia profundamente emotiva. Aclaró que este sentimiento no solo proviene de su antigüedad o del estatus de su firmante, sino también del mensaje que transmite sobre el desarrollo del Colegio en una época en la que la profesión no era bien vista.
El hecho de recibir una bula de indulgencia que solo se concedía a los miembros del Colegio representa un respeto ganado a lo largo del tiempo, un reconocimiento que se siente aún relevante hoy en día.
El contexto histórico es significativo: en el siglo XVII, la profesión legal enfrentaba un estigma, siendo a menudo vista como defensora de criminales o manipuladora de realidades. Esta bula, que no abarcaba a toda la comunidad jurídica sino que se restringía a los miembros del Colegio, solidifica el prestigio de la institución en sus primeros años de existencia.
El decano concluyó subrayando que el Museo del ICAM no es meramente un espacio para la conservación de documentos antiguos, sino un lugar dedicado a la reflexión sobre la trayectoria de la abogacía, su relevancia en instantes críticos de la historia jurídica y democrática. El Museo busca ofrecer una perspectiva más profunda, en contraposición a la fugacidad de la actualidad.
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