El 19 de septiembre en Madrid, se dio a conocer la detención de cuatro individuos vinculados al asesinato de un comerciante, que ocurrió en enero en Alcalá de Henares. Este trágico suceso se produjo cuando la víctima, Jesús B.J., fue abatido con seis disparos al salir de su casa, resultando en su muerte instantánea, según comunicó la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los arrestados son parte de una red de criminales profesionales que se habrían contratado para ejecutar este crimen a sangre fría el pasado 13 de enero. Entre ellos se encuentran los sicarios responsables de los disparos y el conductor que los ayudó a escapar, ambos ya tras las rejas.

El trágico hallazgo del cuerpo sin vida de Jesús B.J. se produjo a las 08:30 horas del 13 de enero, tras la alerta al 091 sobre un hombre con múltiples heridas de bala en la calle Los Hueros, en la conocida zona del Chorrillo. El golpe brutal dejó a la víctima sin posibilidades de supervivencia.

A finales de febrero, las autoridades localizaron el vehículo utilizado en la huida, que había sido abandonado en una población cercana de Guadalajara. Al inspeccionar el automóvil, se encontró el arma del crimen, lo que fortaleció el caso en curso.

Los investigadores del Grupo V de Homicidios descubrieron que al menos dos hombres desconocidos habían participado en el ataque, y trabajaron bajo la hipótesis de que estos eran profesionales del crimen, contratados específicamente para llevar a cabo el asesinato.

El coche implicado fue robado en julio de 2024 en Madrid y había sido modificado con placas falsas para eludir su identificación. Después del crimen, los delincuentes se fugaron hacia Guadalajara, tratando de complicar las labores de investigación policial. En la revisión del vehículo, se encontró una pistola equipada con un silenciador y un cargador, que resultó ser el arma con la que se cometió el homicidio.

La pesquisa llevó a las autoridades a detener a cuatro hombres, entre ellos dos individuos con historial delictivo, que habían dispuesto de diversos roles en la ejecución del crimen. El tirador fue arrestado el 21 de agosto en Majadahonda, mientras que otro cómplice fue detenido unos días antes en Madrid, ambos enfrentando graves acusaciones por homicidio.

En una operación paralela, los otros dos miembros de la banda fueron capturados un día antes en Valencia, siendo también acusados de homicidio y tenencia ilegal de armas, aunque uno de ellos enfrentó cargos adicionales por encubrimiento.

Después de su presentación ante el juez, se dictó prisión incondicional para dos de los arrestados, mientras que los otros dos enfrentan restricciones de salida del país, manteniendo la atención pública sobre un caso que ha sacudido la comunidad.