
Con la llegada del otoño, los productores de pistacho en la Comunidad de Madrid se preparan para una nueva temporada de cosecha, la cual se inscribe en un contexto de optimismo gracias a las condiciones climáticas favorables de este año. Las abundantes lluvias invernales y de primavera, junto a un verano caluroso, han proporcionado un entorno ideal para el crecimiento y desarrollo de estos árboles frutales.
El productor José María Bernaldo de Quirós, que dirige la plantación El Duende del Bosque, destacó en una entrevista para Europa Press que las condiciones han sido propicias. Las lluvias han permitido que los pistacheros acumulen reservas de agua, lo que se traduce en frutos más grandes, con buena apertura y un sabor notablemente intenso. Las fases de crecimiento, según su evaluación, han sido “excelentes” este año.
El crecimiento robusto de los árboles durante la primera mitad del año, sumado al calor posterior, ha favorecido un proceso de polinización óptimo. Esta planta necesita climas secos con una marcada diferencia de temperaturas, algo que es característico en la localidad de Fresno de Torote, donde se encuentran estos cultivos.
La recolección de pistachos se realiza en un breve lapso de tiempo y puede llevarse a cabo tanto de manera manual como mecanizada. Los métodos mecanizados incluyen el uso de vareadores automáticos o tractores equipados con paraguas vibradores, similares a los que se utilizan en la recolección de aceitunas. Este procedimiento es eficiente y, al mismo tiempo, minimalista para el bienestar del árbol.
Una vez completada la recolección, comienza la etapa de poscosecha, esencial para asegurar la calidad del producto. El objetivo durante esta fase es minimizar la humedad de los frutos, que típicamente llegan con un nivel cercano al 70%. Esta humedad debe reducirse en un cuatro por ciento para prevenir la aparición de toxinas, un paso crucial para mantener la salubridad y calidad del pistacho. Bernaldo de Quirós subrayó que este proceso se realiza bajo estrictos controles que cumplen con las normativas en España.
Pese a que el cultivo de pistacho es un compromiso a largo plazo –requerido al menos seis años para comenzar a obtener producciones estables–, cada vez son más los productores que buscan acelerar este proceso, especialmente en mercados como el estadounidense. Sin embargo, este enfoque puede comprometer la calidad a favor de la cantidad. En contraste, muchos cultivadores de la región madrileña se enfocan en ofrecer un producto de mayor calidad gustativa, destacando que su pistacho tiene un perfil mucho más concentrado y natural en comparación con las variantes industriales.
De esta manera, el pistacho se consolida como una alternativa agrícola en expansión dentro de la Comunidad de Madrid, apoyada por un mercado en constante crecimiento y por su creciente presencia en la gastronomía local. Especialmente destacan las variedades 'kerman' y 'sirora', que se han ganado un lugar privilegiado como snacks preferidos, conocidas por su tamaño considerable y su apertura.
En este entorno favorable, la plantación El Duende del Bosque se enfrenta a su segunda cosecha con la firme intención de posicionar un producto gourmet representativo de la región. Este cultivo se realiza bajo criterios de sostenibilidad y en secano, añadiendo un valor diferenciador a la oferta madrileña en el competitivo mercado del pistacho.
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