24h Madrid.

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Cibeles a mitad de camino: un exedil, violencia, controversias y la sauna de los insultos.

Cibeles a mitad de camino: un exedil, violencia, controversias y la sauna de los insultos.

En un escenario cada vez más tenso, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha sido testigo de un intercambio de acusaciones y controversias que han puesto en evidencia la creciente polarización política en la capital. En la última sesión, un concejal ya fuera de su cargo, un incidente con una botella, y una serie de comentarios mordaces entre ediles han transformado el ambiente en la Cámara de Cibeles en un campo de batalla verbal.

La disputa más reciente se produjo durante una sesión extraordinaria centrada en el Plan Reside, que tiene como objetivo regular los apartamentos turísticos en la ciudad. La concejala del Partido Popular, Andrea Levy, y el concejal socialista Antonio Giraldo estuvieron en el centro de la controversia. Durante un momento crítico del debate, Levy hizo un comentario fuera del micrófono relacionado con una “sauna”, que inmediatamente fue interpretado por algunos como un ataque homofóbico, algo que ella negó rotundamente.

A pesar de las indicaciones del presidente de la Cámara, Levy no dudó en acercarse a Giraldo para aclarar que su comentario se refería a las saunas de los familiares del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y no a su persona. Esta interrupción fue criticada por la portavoz socialista, Reyes Maroto, quien afirmó que dicha invasión de espacio fue inaceptable y reflejaba un ambiente de intimidación y agresividad que se ha normalizado en el Pleno.

En medio de este clima de hostilidad, el alcalde José Luis Martínez-Almeida defendió a Levy, asegurando que su comentario no era homófobo y acusando a la oposición de descontextualizar la situación y generar caos en la Cámara. Sin embargo, horas después, Almeida respondió a Maroto mediante una carta que recordaba una serie de insultos que alegaba haber recibido, incluyendo uno en el que ella lo calificaba de "cara de payaso".

La situación ha escalado a tal punto que Almeida llegó a romper relaciones con el grupo municipal socialista tras una declaración de Maroto que refería a “asesinatos” relacionados con la gestión del COVID-19, un término que consideró completamente fuera de lugar. A pesar de los intentos de la portavoz socialista por clarificar sus palabras en redes sociales, Almeida se mantuvo firme en que no había habido una disculpa real.

Por su parte, el concejal de Más Madrid, Nacho Murgui, fue expulsado del Pleno por lanzar repetidos insultos hacia el edil del PP, evidenciando la creciente tensión entre ambas formaciones. Su declaración denunciando el comportamiento del PP como un reflejo de la violencia en el fútbol fue solo una de las muchas rencillas que marcaron la sesión.

Paralelamente, el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, ha alimentado el fuego político. En un reciente Pleno, sugirió de forma sarcástica al alcalde que probara una pomada para aliviar “picazones”, lo que generó protestas y un ambiente aún más hostil. En el pasado, Ortega Smith ha hecho llamados provocativos a otros partidos, acusándolos de falta de valor en lanzar críticas a la gestión del Gobierno.

Un incidente particularmente escandaloso ocurrió cuando Ortega Smith lanzó una botella de agua a su compañero de Más Madrid, Eduardo Rubiño, provocando un clamor tanto en los medios como entre sus compañeros ediles, a quienes se les pidió que denunciara su comportamiento. Rubiño, por su parte, relató que, tras este momento, Ortega Smith incluso se encaró con él, lo que dejó claro el nivel de crispación al cual se ha llegado en las sesiones plenarias.

Con el telón de fondo de otro Pleno programado para el martes, es evidente que la atmósfera en el Palacio de Cibeles seguirá siendo una mezcla volátil de debates acalorados, interrupciones y un clima de creciente desconfianza entre las fuerzas políticas de la ciudad, que se encuentran atrapadas en una dinámica cada vez más conflictiva.