24h Madrid.

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Explora Madrid a través de sus icónicas estatuas: de los ángeles caídos al Perro Paco y la Abuela Rockera.

Explora Madrid a través de sus icónicas estatuas: de los ángeles caídos al Perro Paco y la Abuela Rockera.

**MADRID, 12 de octubre.** En el corazón de la capital española, el Oso y el Madroño son símbolos que todos reconocen, pero Madrid cuenta con una rica tapestry de narrativas mucho más sutiles; desde ángeles caídos hasta la particular figura de Perro Paco, sin olvidar a la icónica Abuela Rockera. La Gran Vía se convierte en el escenario de estos relatos, donde mitología y urbanismo se entrelazan.

Conocida como una de las escasas urbes que ha decidido rendir homenaje al diablo, la escultura del 'Ángel Caído' en el parque del Retiro atrae a turistas y figuras de renombre como Mick Jagger. El legendario músico disfrutó de la esencia madrileña durante su última gira en 2021, expresando su admiración por la ciudad en redes sociales, celebrando tanto su historia como su vibrante cultura.

La obra, que data de 1877, fue realizada por Ramón Bellver y representa a Lucifer en el momento de su expulsión del Paraíso, un testimonio de la humanidad y sus desafíos. No obstante, Madrid también alberga otros 'ángeles caídos', como el misterioso 'Accidente Aéreo', que se asoma curiosamente desde un edificio de la calle Milaneses, un enigma que invita a la especulación sobre su significado.

La Gran Vía no solo es un punto neurálgico de la ciudad, sino también un lugar donde la mitología cobra vida. Diana, la diosa cazadora, lanza sus flechas desde un pedestal en el número 31, mientras las marcas de sus proyectiles quedan grabadas en el suelo frente a un conocido establecimiento de moda. Este rincón de la ciudad es un reflejo de cómo lo antiguo y lo contemporáneo pueden coexistir.

Más adelante, la figura de 'La loba capitolina' resalta en Gran Vía, un retorno simbólico de Roma que recuerda la fundación de una ciudad hermana. Esta escultura es un constante recordatorio del legado cultural que ha unido a ciudades a lo largo de la historia.

Continuando el recorrido, la calle Huertas se convierte en el hogar del querido Perro Paco. Este homenaje al estelar can callejero, realizado por Rodrigo Romero, no solo es un tributo a un animal famoso por su carisma, sino que encarna el espíritu de una época floreciente en la historia de Madrid. Paco era conocido por sus travesuras y su inusual amor por la vida, hasta que su destino lo llevó a un desenlace trágico que marcó a los madrileños.

En el otro extremo de la representación cultural, encontramos a Ángeles Rodríguez Hidalgo, apodada la 'Abuela Rockera'. Este busto en Vallecas captura el alma de una mujer que vivió intensamente, fusionándose con la cultura del heavy metal que la hizo famosa en su barrio. La escultura, que fue creada gracias a la contribución colectiva, es un testimonio del impacto que una sola persona puede tener en una comunidad.

Madrid, siempre innovadora, también ve su legado artístico en piezas como el Dolmen de Dalí y la conmovedora escultura 'Refugiados', que buscaba dar visibilidad a las luchas contemporáneas, reflejando la solidaridad de la ciudad. Esta obra invita a los transeúntes a reflexionar sobre la migración y la búsqueda de un futuro mejor, convirtiendo el arte en un vehículo de concienciación social.

La juventud madrileña también tiene su representación en forma de estatuas. 'Joven caminando en Malasaña', es un homenaje a la vida cotidiana, mientras que 'Joven bailando' celebra la energía y el ritmo de la noche madrileña. Ambas esculturas son un reflejo de cómo el carácter vibrante de la ciudad se encapsula en la juventud, que sigue trazando su historia.

Por último, en el barrio de Cortes, los pequeños homenajes a los oficios tradicionales, como los barrenderos y faroleros, destacan la importancia de cada uno en la construcción del tejido social madrileño. Las esculturas no solo se limitan a ser representaciones estéticas, sino que narran historias de quienes han formado parte de la comunidad a lo largo de los años.

Así, Madrid se revela no simplemente como un lugar en el mapa, sino como un lienzo vivo donde cada escultura y monumento cuenta una historia sobre la resistencia, la cultura y el corazón de sus pobladores anónimos que, a través de los años, han dado forma a esta ciudad inigualable.