En una reciente sesión del Consejo de Gobierno, la Comunidad de Madrid ha decidido presentar un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo, como se anticipó previamente. Esta medida refleja la creciente tensión entre las autoridades regionales y el Gobierno central.

El consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, Miguel Ángel García Martín, no escatimó en críticas hacia la política migratoria del Ejecutivo nacional. En particular, condenó el nuevo real decreto que promueve un sistema de distribución de menores migrantes, advirtiendo que este enfoque podría profundizar las desigualdades entre diversas comunidades autónomas.

Durante una conferencia de prensa, García Martín enfatizó que esta medida va en contra de los valores de solidaridad y colaboración institucional, generando un desequilibrio entre las distintas regiones del país. Argumentó que estas acciones favorecen a comunidades como Cataluña y el País Vasco, mientras que otras, como la Comunidad de Madrid, se verían en desventaja en la atención a estos menores. La falta de financiación adecuada para el cuidado de los migrantes es uno de los principales preocupaciones que ha resaltado.

El portavoz del Ejecutivo madrileño dejó claro que no apoyarán un sistema que consideran ineficaz. "No vamos a ser cómplices de una política migratoria fallida", declaró, anunciando que el Consejo acordó interponer un tercer recurso contencioso administrativo, argumentando que el decreto infringe las competencias otorgadas a las comunidades autónomas.

A pesar de sus críticas, García Martín reafirmó el compromiso de la Comunidad de Madrid con la atención a menores migrantes, señalando que desde la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia, han recibido a 11,000 menores, contabilizando más de 1,300 en lo que va de este año. Sin embargo, resaltó que esto no exime a la administración central de su responsabilidad en la gestión de la migración.

Finalmente, el consejero acusó al Gobierno de emplear la cuestión migratoria como una herramienta de negociación con partidos independentistas, subrayando que los aliados de España están cada vez más preocupados por la estrategia de repartir el problema en lugar de abordarlo de manera integral.